Sofonisba Anguissola.

A Sofonisba Anguissola se la considera la primera artista que aun siendo mujer alcanza un éxito considerable como pintora.

Su nombre se debe a que su familia tuvo una estrecha conexión con la historia antigua de Cartago, por lo que nombraron a su progenie en honor del gran general Aníbal, llamando a su hija como la trágica protagonista cartaginesa Sofonisba.

Fue llamada a la corte de Felipe II para servir como dama de compañia de la reina Isabel de Valois, con la que llego a tener una gran amistad. En Madrid conoció a don Juan de Austria y a Alejandro Farnesio. Además, rivalizó con el pintor oficial de la Corte. Cuando murió Isabel de Valois con tan sólo 22 años, Sofonisba no abandonó la corte española, como hubiera sido lo lógico, sino que Felipe II la animó a quedarse cuatro años más, ayudando en la crianza de sus dos hijas.


Sofonisba fue ante todo una buena retratista, capaz de modelar con acierto las figuras y sobre todo de dotarlas de una lograda profundidad psicológica, una interrelación gestual que en muchas ocasiones traslada al propio espectador, con el que se comunica en muchas de sus obras directamente a través de la mirada intensa de sus retratados. Su tratamiento del color recibe ya cierta influencia manierista, aunque sin excesos cromáticos. También en el detallismo minucioso de vestimentas y complementos se acerca a la técnica minuciosa de algunos manieristas españoles. En otros géneros no debía de sentirse tan cómoda, como lo demuestra no sólo el escaso número de obras con otra temática que no fuera el retrato, sino también algunas carencias en ellas, sobre todo en la estructura compositiva.

Murió a la edad de 93 años en Palermo en 1625. Fue internacionalmente aclamada y respetada a lo largo de su vida.

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